Hace unos días recibimos en nuestra clase la visita de dos voluntarios de la Cruz Roja, quienes nos hablaron de temas tan importantes como la Educación Ambiental y de Desarrollo Sostenible. Básicamente, los temas tratados durante su intervención fueron los siguientes:
1. ¿Qué es el medio ambiente y cuáles son los principales problemas medioambientales.
2. ¿Cómo hacer frente a estos problemas medioambientales desde nuestra casa?
2. ¿Cómo hacer frente a estos problemas medioambientales desde nuestra casa?
La idea es que cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena para que nuestro mundo sea cada vez mejor, contribuyendo con nuestros pequeños gestos a minimizar los efectos del calentamiento global, el consumo desorbitado de energía o la contaminación. Ya hemos hablado aquí muchas veces de la importancia de pensar globalmente y actuar localmente, y eso es lo que se pretendía en esta charla informativa: que todos fuéramos conscientes de que está en nuestras manos ahorrar energía, consumir menos agua o reciclar la basura. En definitiva, fomentar el desarrollo sostenible.
Para apoyar su mensaje, los dos voluntarios de la Cruz Roja nos pusieron un par de vídeos que ilustraban las consecuencias de derrochar el agua, así como múltiples formas de hacer que el consumo en los hogares sea correcto. Os dejamos a continuación el primero de estos vídeos.
Antes de irse, nos dieron a cada alumno una bolsa reciclable, junto a unos reductores para grifos y una bolsa para disminuir el consumo de agua de nuestras cisternas.
Esta mañana nos ha visitado María, que nos ha dado un taller sobre reciclaje de residuos urbanos. Nos ha explicado muy bien los diferentes tipos de contenedores que podemos encontrar en nuestro pueblo, y qué tipo de residuos debemos depositar en cada uno de ellos. Por si hay algún despistado por ahí, os lo explicamos un poquito:
María nos explicó luego cómo funcionan las Plantas de reciclaje, como la de Almagro. Y se centró un poquito más en el reciclaje de los residuos de los contenedores amarillos. Nos contó que estos pasan por una cinta transportadora, que los va separando. Por ejemplo, hay un imán que separa las latas de hojalata (latas de conserva) de las de aluminio (latas de refresco). También hay aspiradores que aspiran las bolsas de plástico. Y personas que manualmente clasifican el resto de plásticos.
Básicamente, nos ha explicado los diferentes tipos de contendedores que podemos encontrarnos por las calles de nuestro pueblo, y qué tipo de residuos hay que depositar en cada uno de ellos.
Es para papel y cartón. Su reciclaje es fundamental, pues así evitamos la deforestación de los bosques y la posterior desertización del terreno. Y, sobretodo, porque los árboles son fundamentales para la vida, pues producen oxígeno. También nos ha enseñado cómo podemos fabricar, de modo casero, papel reciclado.
Es para el vidrio y el cristal, productos que se elaboran a partir de arena rica en sílice. Son materiales que tardan más de 1000 años en degradarse en la naturaleza, y en muchos casos los causantes de importantes incendios forestales. Por eso es fundamental reciclarlos.
En estos contenedores podemos depositar varios materiales:
Es para las pilas. Estos contenedores no suelen estar en la calle, ya que son residuos peligrosos y muy contaminantes. Las pilas, sometidas a altas temperaturas, corren el riesgo de explotar. Además, una sola pila de botón puede contaminar más de 600.000 litros de agua.
Hay objetos que por su peligrosidad no pueden depositarse en ninguno de los contenedores anteriores. Es el caso de los botes de laca o espuma de afeitar (que aún vacíos de producto, conservan una gran dosis de gas inflamable). En estos casos, el lugar adecuado para dejarlos son los puntos limpios, que son también el lugar donde debemos llevar los objetos voluminosos (televisiones, sofás, bañeras, etc). Lo mismo hay que decir para el aceite, que nunca debe ser tirado por el vater o el fregadero, sino almacenado en contenedores especiales. Algunas abuelas son tan listas que saben transformar el aceite en un jabón muy limpio. Otra forma de reciclar el aceite es convertirlo en Biocombustibles.