Hacia finales de septiembre realizamos una ruta senderista por los alrededores de La Solana, en el transcurso de la cual descubrimos unas preciosas orugas que, tras investigar un poco, descubrimos que se trataban de ejemplares de Hyles euphorbiae.
Con el fin de estudiar un poquito mejor su biología y ciclo vital, decidimos coger alguna para estudiarla en nuestra clase. Como ya tenían un tamaño más que considerable, tuvimos la precaución de colocarles una maceta con tierra, pues habíamos leido que estas esfinges acostumbran a pupar bajo tierra. Y, en efecto, apenas un par de días después dejaron de comer y se enterraron. Así han pasado todos estos meses, en diapausa invernal, y ahora, ¡siete meses después! han emergido como adultas.
Como todos los insectos holometábolos, estos insectos se caracterizan por tener una metamorfosis completa, lo que significa que la apariencia final del imago (o adulto) difiere bastante del ejemplar en estado larvario. Eso sí, tanto la polilla como la oruga son preciosas.
El siguiente paso (y último) ha sido devolver a estas Hyles a su entorno natural, para que puedan reproducirse y poner nuevos huevos en sus plantas nutricias.
