Esta mañana, después del recreo, hemos vaciado nuestras dos urnas de escarabajos, con el objetivo de echar un último vistazo a las larvas, antes de que comiencen las vacaciones de verano. Con mucho cuidado, hemos cribado la tierra entre todos, en busca de larvas y ejemplares adultos.
Gracias a esto, hemos comprobado el estado de nuestras larvas, así como el tamaño de las mismas, e incluso hemos podido comparar las larvas de una especie con otra.
Lo mejor ha sido que hemos descubierto numerosas crisálidas de diferentes tamaños.
También ha supuesto una oportunidad para coger y observar con mayor detenimiento nuestro ejemplar adulto de Chlorocala africana africana, pues todo el que ha querido ha podido tenerlo un poquito en sus manos.
Eso sí, lo más divertido ha sido cuando este bonito cetónido se ha cansado de tantas manos y ha empezado a volar por la clase. Llegado ese momento, hemos tenido que salir corriendo a cerrar todas las ventanas y la puerta, para que no se escapara.