Esta es una pregunta que los científicos de la NASA no supieron responder a la primera. Y es que no todos los lugares garantizaban un alunizaje seguro. El Módulo Lunar era muy frágil y ligero, y podría estropearse o volcarse en el caso de posarse sobre una superficie rocosa o inclinada. Tampoco pudieron alunizar en la cara oculta de la Luna, puesto que ésta no era visible desde nuestro planeta y la señal de radio de la NASA no llegaba. Por eso eligieron finalmente al Mar de la Tranquilidad, una zona situada casi en el centro de la Luna que presentaba una superficie bastante llana y sin rocas.
(Información extraída del libro “Rumbo a la Luna”, de Richard Platt y David Hawcock. Editorial Bruño)
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