Ayer por la tarde nuestro maestro estuvo echando un vistazo a nuestras larvas de escarabajo. Como ya sabéis, actualmente estamos criando tres especies de coleópteros: unas 30 larvas del género Phyllophaga, 5 de Chlorocala africana africana y 6 de Pachnoda marginata. Como todas las especies de escarabajo, estas larvas necesitan una temperatura determinada para poder desarrollarse con normalidad. Es decir, su ciclo de desarrollo se acelera o enlentece en función de la temperatura ambiente. Lo ideal es que esa temperatura esté entre 20 y 25 ºC, y que en ningún caso baje de los 16 ºC. Como en La Solana todavía hace frío por las noches, y la escuela permanece cerrada por las tardes, hemos comprobado que, durante los fines de semana, el termómetro baja hasta los 14 ºC. Por ese motivo, hasta que llegue el calor, nuestro maestro tiene las dos urnas en su sótano, donde hay una temperatura constante de 18 ºC.
Lo curioso es que, al remover la tierra, no solo salieron todas las larvas, sino que, además, apareció un Phyllophaga adulto. Al principio se hizo el muerto, pero en cuanto pasaron unos minutos comenzó a mostrarse activo.
Os dejamos a continuación algunos vídeos de las larvas y el adulto de Phyllophaga. También una fotografía de esta misma mañana, en la que podréis ver al escarabajo dándose un buen festín con un pedazo de plátano maduro.
¡Esperamos que os gusten!
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