El sueño de los romanos era controlar todo el mar Mediterráneo, pero tenían como rivales a los cartagineses, que se habían instalado en la Península. El enfrentamiento entre romanos y cartagineses desencadenó, como ya sabemos, las Guerras Púnicas. Así, en el año 218 a.C. los romanos desembarcaron en Ampurias, y en poco tiempo vencieron al ejército cartaginés. Después, decidieron ocupar el territorio peninsular, atraídos por sus recursos naturales (sobre todo los metales). Pero no creas que la conquista de la Península Ibérica fue rápida. Duró más de 200 años, pues aunque los romanos ocuparon con facilidad la costa mediterránea (zonas que tradicionalmente habían mantenido relación con los pueblos colonizadores), los pueblos que habitaban en el norte, el oeste y el interior peninsular ofrecieron una fuerte resistencia.
Pese a todo, hacia el año 19 a.C., el emperador Augusto venció a los pueblos del norte, concluyendo así la conquista romana de Hispania.
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(Augusto, fundador del Imperio Romano) |
Pero, ¿cómo se organizó Hispania?
Una vez conquistada Hispania, los romanos la incorporaron al imperio romano y organizaron el territorio para controlarlo mejor. Primero, dividieron Hispania en provincias, y al frente de cada una pusieron un gobernador. El número de provincias fue aumentando con el paso del tiempo, y en el siglo III d.C. se habían creado cinco provincias: Bética, Lusitania, Tarraconense, Gallaecia y Cartaginense.
Los romanos instituyeron en todo el territorio las leyes del imperio romano, muchas de las cuales han llegado hasta nuestros días. De hecho, el derecho romano es la base de muchas leyes que tenemos en la actualidad. Los romanos también implantaron el latín, lengua que sustituyó a las lenguas que se hablaban en la Península antes de la conquista romana, excepto el euskera (que es una lengua prerromana).
La sociedad hispanorromana estaba organizada en personas libres y esclavos. Entre las personas libres había hombres y mujeres muy ricos (grandes comerciantes, propietarios de extensas tierras y familias que procedían de Roma) y otros más humildes (artesanos, pequeños comerciantes y propietarios agrícolas). Las personas libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. Los esclavos, por el contrario, carecían de derechos y eran propiedad de otra persona y trabajaban en el campo, en el servicio doméstico, en las minas o como gladiadores en el circo. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres. En el imperio romano algunos esclavos lograron conseguir la libertad. A estas personas se les llamaba libertos.
Un aspecto muy importante de los romanos era su gran ejército, el cual estaba formado por legiones (agrupaciones de unos 5.000 soldados, dirigidas por un general).
Otro aspecto que fue cambiando conforme pasaban los años fue la religión. Así, al principio de la conquista, la mayor parte de la población hispana adoraba a los dioses romanos. Era, pues, una religión politeísta. Los dioses más venerados eran Júpiter, Minerva o Juno. En honor a sus dioses, los romanos construyeron templos y se ofrecieron sacrificios de animales. Los romanos eran muy supersticiosos, y antes de tomar una decisión consultaban la voluntad de los dioses, expresada por medio de los oráculos.
¿Y qué hay del arte romano?
Los romanos eran excelentes constructores y realizaron numerosos edificios y obras públicas en las ciudades. Para ello contaban con dos nuevos materiales: el cemento y el hormigón (que es una mezcla de piedras, cemento y arena). Entre las construcciones que realizaron los romanos en las ciudades podemos destacar los templos (para rendir culto a sus dioses), las basílicas (para los intercambios comerciales y los juicios), los anfiteatros, teatros y circos (para los espectáculos), o las termas (para los baños).
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(Coliseo) |
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(Foro Romano) |
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(Foro Romano) |
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(Panteón de Agripa) |
También realizaron acueductos (para transportar el agua hasta las ciudades), calzadas y puentes. Uno de los acueductos romanos más importantes del mundo es el de Segovia.
En España encontramos teatros romanos tan importantes como el de Mérida.
Para decorar los suelos y las paredes de muchos de estos edificios, los romanos realizaban pinturas o elaboraban mosaicos a base de pequeños cristales y piedras de colores, llamadas teselas.
La capital del imperio romano fue Roma, que es la capital de la actual Italia. En los próximos días os dejaremos un par de entradas sobre esta maravillosa ciudad, la cual hemos visitado virtualmente vía Google Earth.
Mientras tanto, colgamos un vídeos acerca de Roma y el grandioso imperio que levantaron alrededor del Mediterráneo.