Dentro de los actos programados en
nuestro centro, con motivo de la Semana de la Ciencia, hoy hemos recibido la
visita de Guillermo Díaz Pintos, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad
de Castilla-La Mancha. Durante su intervención nos ha hablado de la importancia
de aprender, de comprender que hay que conquistar el saber, entendiendo el
saber como el descubrimiento de la verdad. Después de todo, como decía Sócrates:
“El saber os hará libres”.
Guillermo nos ha explicado que en
el colegio nos enseñan lo que se sabe, y que en la Universidad se descubren y
se investigan nuevos saberes. En cierto modo, en la Universidad te encuentras en las fronteras del saber. Nos ha dicho que es muy importante que vayamos a la
Universidad, y que elijamos qué estudios deseamos cursar. Después de todo, en la
escuela aprendes acerca de muchas materias, y unas cosas te gustan o interesan más que otras. En la
Universidad, sin embargo, has de elegir y especializarte en aquella parcela del
saber que te apasiona, profundizando en ella durante toda tu vida. Sin dejar de
estudiar nunca.
Guillermo es filósofo, y por ese
motivo cuesta un poco entender en qué consiste su trabajo. Esto es así porque
un filósofo trabaja hacia dentro, generando ideas y pensamientos. Su laboratorio
es su propia cabeza. Un filósofo se gana la vida pensando. Filosofando.
Guillermo nos ha contado que cada
ser humano tiene su propia y única inteligencia. Que no se puede trasplantar la
inteligencia de un ser humano a otro. Se puede trasplantar un riñón, pero no la
inteligencia. También nos ha contado lo importante que es concentrarse para
poder pensar. Que pensar de modo crítico es el principal acto de libertad que
tenemos los seres humanos. Para demostrarlo nos ha enseñado un artilugio con el
que, según sus palabras, se puede medir en todo momento la distancia exacta que
media entre la Tierra y el Sol. Durante unos minutos, todos los alumnos hemos
tocado y observado este instrumento, y cuando estábamos convencidos de su utilidad
nos ha confesado que todo era mentira. Que ese instrumento solo es una especie
de compás con el que puedes escribir letras bonitas. Con este juego nos ha
demostrado que no podemos creer todo lo que nos dicen. Que hay que aprender a
pensar por uno mismo. Que hay que trabajar el pensamiento crítico.
En definitiva, todos hemos pasado
un rato muy estimulante y agradable con Guillermo, que nos ha hecho reflexionar
y comprender la importancia de pensar y generar ideas.
¡Muchas gracias, Guillermo, por compartir un rato con nosotros!