29 septiembre 2012

OBSERVANDO A LAS AVES RAPACES NOCTURNAS




Nuestro pueblo es un inmenso ecosistema, y todos podemos convertirnos en observadores e investigadores de los seres vivos que lo habitan. Un buen ejemplo de estudio lo constituyen las rapaces nocturnas. Una lechuza o un mochuelo pueden cazar varios roedores cada noche, lo que significa que, junto con la carne, ingieren también una gran cantidad de huesos y pelos. Luego, con la digestión, todos estos materiales son progresivamente comprimidos en la molleja del ave y regurgitados durante el día, en forma de pelotitas que se llaman egagrópilas


Pues bien, una buena forma de conocer dónde reposan estas aves es buscar sus egagrópilas (edificios viejos y abandonados, árboles grandes, graneros, etc). Esto nos permitirá su posterior observación y estudio.  Además, del análisis de las egagrópilas podremos obtener mucha información acerca de cómo es la dieta de estas aves.

(Información obtenida del libro: "Guía práctica ilustrada para los amantes de la Naturaleza", de Michael Chinery)

1 comentario:

Maria dijo...

Son unas aves hermosas