Como veis, los muchachos no van al huerto a pasar el rato, y muchos incluso vienen ataviados con sus monos de trabajo. Son unos auténticos currantes.
No, estos muchachos no están locos, y no están regando garrafas de agua. Lo que ocurre es que en La Solana hace tanto frío que hemos pensado que no les vendría mal a las plantas protegerlas con estas garrafas de plástico usadas. Así, de paso, reutilizamos materiales y colaboramos a mantener entre todos un mundo más limpio.
En esta última foto puede observarse como los chavales ya están aprendiendo a organizarse y a repartir el trabajo. Mientras unos arreglan los pasillos entre los bancales, otros están plantando, otros limpian las aceras, etc.
Ayer por la mañana los niños y niñas del tercer ciclo hicimos una excursión cicloturista por las cercanías del colegio. Es la suerte de contar con un centro que linda con el campo, y que está al lado de una de las rutas de Don Quijote. Precisamente fue en el merendero de esta ruta donde hicimos un alto en el camino para tomar fuerzas, y dar una vuelta en bici por las calles del polígono industrial.
Son tan diminutos que la gente cuando los ve siente curiosidad por leer lo que ponen, con lo cual cumplen a la perfección la función para la que han sido confeccionados: llamar la atención de la gente y transmitir un mensaje positivo.
