Como
ya habéis visto en las entradas anteriores, la mañana del lunes fue muy
completita, y además de las visitas a la autoescuela de los padres de Pedro y a
la quesería de sus tíos, también recibimos la visita en clase de José Manuel,
primo de Elena, que muy amablemente nos dio una clase práctica sobre primeros
auxilios.
Durante
casi una hora y media, y de forma muy amena y práctica, José Manuel nos explicó
las pautas a seguir en caso de presenciar un accidente.
Por
ejemplo, que lo primero que debemos hacer es avisar al 112 o a algún adulto, o
que hay que tener mucho cuidado con la persona accidentada.
Nos
habló también de la necesidad de establecer en primer lugar si la persona está
consciente o inconsciente, y de las pautas de primeros auxilios que hay que
seguir en caso de que la persona haya perdido total o parcialmente la
conciencia, pues esos primeros minutos, hasta que llega la asistencia médica,
son en muchas ocasiones cruciales.
José
Manuel nos enseñó que cuando el paciente no está consciente hay que seguir una
especie de protocolo, que denominó ABC. La “A” significa “Apertura de las vías
aéreas”, y consiste en colocar al accidentado boca arriba, de “frente mentón”,
para asegurarnos de que se abren esas vías respiratorias. La “B” significa
“Breath”, e implica comprobar que el paciente respira (tenemos que oírlo, verlo
o sentir que tiene respiración). La “C” significa Circulación, y básicamente
consiste en tomarle el pulso para comprobar que el corazón está funcionando.
En
caso de que el paciente respire y tenga pulso, lo que tenemos que hacer es colocarlo
en posición lateral, para evitar que pueda tragarse la lengua o algún fluido
que llegue a su boca (sangre, vómito).
Si
por el contrario el paciente no respira ni tiene pulso, tenemos que practicarle
la RPC, que es la reanimación cardiopulmonar. En concreto, 30 compresiones y
dos respiraciones.
Además
de todo esto, José Manuel también nos enseñó cómo proceder cuando alguien se
atraganta (ellos lo conocen como OVACE: obstrucción de las vías aéreas por un
cuerpo extraño). En estos casos, es importante dictaminar si la obstrucción es
grave o no. Por ejemplo, si la persona tose, eso es buena señal, y en este caso
trataremos de inclinarla hacia adelante y la animaremos para ue siga tosiendo,
pues esa es la mejor forma de que expulse el objeto que se le ha atragantado.
Si la persona no tose la cosa es peor, y en este caso, la forma de proceder
incluye dos técnicas. La primera de ellas consiste en aplicarle unos golpes en
la espalda, y si esto no da resultado habría que realizarle la Maniobra de
Heimlich.
Como
podéis comprobar, esta ha sido una clase muy instructiva, pues además de
aprender muchas cosas también tuvimos la oportunidad de practicarlas.
Os dejamos a continuación algunas fotografías de esta interesante actividad. ¡Esperamos que os gusten!
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