Nuestros hábitos hacen que el consumo vaya cada vez en aumento. Esto, unido al aumento de la población mundial o los condicionantes climáticos, convierte al agua en uno de los principales orígenes de crisis entre países. Según datos de Naciones Unidas, cada día mueren 25.000 personas como consecuencia de una mala gestión del agua. En gran parte del mundo este recurso está sometido a despilfarro, vertidos industriales y urbanos, contaminación de origen agrícola y otros elementos negativos que afectan notablemente la calidad, tanto de las aguas superficiales como subterráneas. En España, el consumo doméstico de agua alcanza una media de 171 litros por habitante y día. Esto significa que una familia de 4 personas supera los 20.500 litros mensuales.
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