Hace unos cuantos años, en un pueblo cercano, hubo un inesperado accidente en un pozo, cerca de un chalet. Una niña decidió peinarse en los ladrillos que rodeaban el pozo. Se sentó, se peinó y se movió un poco para atrás y calló desgraciadamente y se mató. Al día siguiente su madre se quejo a la policía de la desaparición de su hija y buscaron en el chalet. Entonces descubrieron que no había ni una pista. Al salir un hombre vio un peine tirado en el suelo. El hombre pensó que la muchacha se podía haber caído al pozo. Ese hombre llamó a la Guardia Civil y ellos llamaron a los bomberos. Los bomberos bajaron los 25 metros de profundidad del pozo y vieron a la niña muerta y con cuidado la sacaron con una grúa . Ahora se cuenta que a las doce en punto de la noche esa niña sale del ataúd hasta el pozo y su espíritu sale a peinarse.
(Cuento escrito por Jesús y Adrián)