Las Cruzadas comienzan en el
año 1096, cuando el papa Urbano III llama a los cristianos a conquistar
Palestina, y consistieron en una serie de batallas que se extendieron durante
casi doscientos años, hasta 1291.
Todo comenzó con Urbano III, que prometió un
lugar en el cielo a todos los caballeros y soldados cristianos que liberaran Jerusalén
de manos musulmanas. No hay que olvidar que esta ciudad es considerada para los
cristianos (pero también para los judíos y musulmanes) como “Tierra Santa”.
(Asedo de Antioquía) |
Por
ese motivo, miles de peregrinos se desplazaban hasta allí todos los años,
emprendiendo largos viajes llenos de dificultades, con la esperanza de que Dios
perdonase así sus pecados. Luego, a la vuelta, retornaban a sus casas con recordatorios
de su peregrinación.
(Toma de Jerusalén) |
Pues bien, estas visitas a “Tierra
Santa” se interrumpieron con la conquista de Palestina por los musulmanes. Sin embargo,
no todas las personas se enzarzaron en combates durante estos años. También
hubo comerciantes que supieron ver en las Cruzadas una oportunidad de intercambiar
mercancías y ganar dinero. Esto hizo que floreciera el comercio en ciudades
como Venecia, Pisa o Génova, donde el intercambio de productos europeos y orientales
fue intenso y enriquecedor, y supuso la apertura de nuevas rutas comerciales
con ciudades como Constantinopla.
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