El pasado lunes recibimos en
nuestra clase una visita de las trabajadoras del Centro de la Mujer de La
Solana, y durante una hora realizamos juntos una serie de actividades
encaminadas a concienciarnos de la importancia de conseguir estos dos objetivos
fundamentales:
1. Trabajar
todos juntos para que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres sea
una realidad.
2. Combatir cualquier
tipo de violencia de género.
Para la primera actividad, escogimos
a algunos alumnos que debían alcanzar decisiones conjuntas, en relación a cómo
organizar una gymkana. El problema es que otra serie de alumnos tenían que
hacer todo lo posible para complicarles su trabajo. Así, sin insultarles ni
agredirles, tenían que hablar en voz alta y ponerse en medio, actividades estas
que les demostraron cómo a veces no es necesario que haya violencia física para
que te molesten y hagan imposible tu trabajo. En este caso concreto, los “alborotadores”
habían conseguido imponer su voluntad sin necesidad de emplear la violencia.
La siguiente actividad consistía en
colocar a cada alumno una pequeña pegatina en la frente con una palabra o una
oración, y ellos tenían que formar grupos atendiendo al contenido de los
mensajes que portaban.
Entre las palabras que los niños llevaban se encontraban
algunas que ejemplificaban los malos tratos, como “desigualdad”, “violencia”, “insultar”
o “burlarse”.
También habían otras palabras que podríamos agrupar dentro del
grupo de los buenos tratos, como “solidaridad”, “dialogar”, “colaborar” y “respetar”.
Por último, otros alumnos portaban frases como “Los chicos son más violentos
que las chicas”, “Si una mujer es maltratada, la culpa es suya por seguir
viviendo en esa casa”, “Una mujer maltratada es porque ha hecho algo malo” o “Los
hombres que maltratan a sus parejas lo hacen porque están locos”.
Posteriormente,
se estableció un debate, en el que los niños debían opinar acerca del
significado de estas palabras y oraciones.
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