25 octubre 2008

MIGUEL HERNÁNDEZ


Miguel Hernández nació en 1910 en Orihuela (Alicante). De joven trabajó de pastor cuidando sus ovejas y escribía poesías debajo de un árbol. Ahí es cuando empezó su vocación poética.
Sus poemas tratan principalmente del amor, la muerte, la guerra y la injusticia, temas que conoció y experimentó con intensidad.
Miguel Hernández murió de tuberculosis en la cárcel de Alicante en 1942.

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

(Noticia escrita por Ramón María y Carlos)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta la poesía de Miguel Hernandez.

Anónimo dijo...

Somos los dos Joses y nos gusta la
poesía.